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ENTREVISTA A ANA MARÍA LAJUSTICIA
La verdadera revolución del magnesio está por llegar
Por Emmain

 

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Faltaría a la verdad si no confesase que la entrevista a Ana María Lajusticia ha sido la más divertida que he tenido el honor de realizar. A sus casi 90 años, esta dinámica mujer, no deja pasar la ocasión para contar chistes, para introducir nuevos conceptos mediante anécdotas y a la vez para abrir su corazón de una manera muy honesta. La honestidad dice que la aprendió en casa, junto a la sensibilidad musical. Me ha impresionado su humildad y también la pasión que imprime en su trabajo. No duda en levantarse ágilmente para abrir el libro preciso, el archivador exacto, porque a ella no le gusta hablar por hablar; es una mujer de ciencia y le gusta la evidencia y la argumentación rigurosa. Se trata de una mujer agradecida y con una gran inteligencia emocional. Supo lo que es sufrir la falta de salud y trabaja incansablemente para que todos vivamos mejor, conscientes de las deficiencias alimentarias que padecemos.

 

 

 


Ana María Lajusticia es una persona sobradamente conocida, pero nos gustaría saber cómo se define a sí misma.
Me definiría como estudiosa. Siempre he sido estudiosa, desde pequeñita, mi abuela me explicaba cosas, me hacía estudiar. Mi abuela era de Bermeo, de aquéllas que tienen ocho apellidos vascos. Se llamaba Felicia. Le estoy muy agradecida, si la volviese a ver la seguiría a donde me dijera, a cualquier coste. Además de saber de música clásica, fomentar nuestra formación y mandar mucho, era una gran cocinera.

 

 

Su biografía es atípica, parece como si haya vivido varias vidas en una. ¿Cómo se decidió por estudiar Ciencias Químicas en la Universidad Madrileña? ¿Cuántas compañeras tenía en clase?
En clase éramos muy pocas mujeres, casi todas éramos del norte, vascas o de La Rioja. Yo me puse a estudiar Química porque así me obligó mi abuela. Ella vio que era una buena opción, y como era una mujer tan inteligente y con tanta sensibilidad hice bien en seguir su mandato. ‘‘Si tú haces Química podrás ser profesora o trabajar en la industria, lo que te da más posibilidades’’. Al entrar en la facultad era tan consciente de mi ignorancia que me apliqué muchísimo para poder estar a la altura. Tanto fue así que saqué la nota más alta del curso, pero insisto, eso fue por ser muy consciente de que no sabía nada. Porque en el colegio no nos lo habían enseñado y sólo la ayuda de un profesor particular me dio los rudimentos. Aún ahora para mantener ágil la mente reproduzco los elementos químicos que en aquel tiempo me exigió tanto esfuerzo aprender.

 

 

Cuando mediante la investigación detectó ese déficit casi universal que tenemos de algunos principios básicos para la salud, ¿imaginaba que iba a convertirse en la gran precursora de la salud por el magnesio?
No, no, no estaba realizando una labor investigadora, era una estudiosa. A través de las revistas mensuales de agricultura y de montes, más los libros que estudiaba de abonos y agricultura en general, aprendí, descubrí cosas. Nunca abandoné la química. Tenía poca vida social. Yo siempre he tenido ganas de saber y he podido contar con ayuda para criar a los hijos y llevar la casa, así que he leído mucho, cosas que han pasado y ciencia. Por ejemplo, en literatura me considero una iletrada, pero en otros campos intento mantenerme actualizada. Vivo muy en la realidad. Me gusta saber lo que ha pasado de verdad.


imagenLeía ese tipo de revistas especializadas, llegando incluso a publicar algún artículo sobre suelos y abonado. Me las hacía llegar al pueblo donde viví 24 años con mi marido y mis hijos. Descubrí que se habían modificado los abonos con los que se producían los alimentos y consecuentemente se estaban dando unas carencias que pasaban inadvertidas. En Alemania y Francia desde los años 20 y en España en los años 50 los suelos fértiles se han empobrecido en magnesio. Además, a través de la investigación ligada a los trasplantes en que disminuye la compatibilidad entre el donante y el receptor se ha descubierto que hay personas que no asimilan bien el magnesio; esas personas acusan mucho más la deficiencia que otras y necesitan tomar mucho más magnesio que la mayoría de la población. También se detecta la falta de magnesio por ejemplo en la precocidad con la que aparecen la artrosis, las dificultades tendinosas, los problemas articulares. Cada vez hay más afectados y no sólo en lo físico, también en lo mental, lo emocional, por ejemplo la ansiedad, el nerviosismo, la falta de memoria, personas que frente a un estrés importante pueden desarrollar trastornos que obligan incluso a ingresos hospitalarios. También hay que tener en cuenta a los deportistas de élite que mueren súbitamente, no sólo los más conocidos de primera división sino los de otras categorías inferiores o los amateurs.

 

 

¿Cómo llevó la transformación de investigadora y madre de familia numerosa a escritora y a divulgadora mediática?
Bueno, vi con una claridad que los cambios que se habían introducido en los abonos era algo que modificaba la composición de los alimentos y por tanto nuestra salud. En aquel momento me imaginé que era un hallazgo importante, pero estoy convencida de que aún falta para que se conozca de manera más masiva la importancia de la necesidad del magnesio. La verdadera revolución está por llegar.
Mi hijo mayor me dijo ‘‘Mamá, si en lo que tú dices tienes razón te mereces el premio Nobel’’. Que un hijo te diga eso te da una moral… que aunque te estén vapuleando por otro lado te da igual. ¡Yo estaba tan segura! Me repetía a mí misma: ‘‘la química no miente, no miente’’; hay multitud de cambios en otros campos pero la química es transparente y me da la razón.

 

 

¿Cómo la han tratado los estamentos médicos y los nutricionistas?
En aquel momento, cuando lo difundí me apartaron, alguien con mucha influencia en el campo de la nutrición me orilló, escribió diciendo que la deficiencia de magnesio en realidad es escasa. Me borraron, bajo su influencia fui excluida de los debates públicos y prestigiosos. Debería haberme dejado asistir para dejarme en ridículo si es que no tenía la razón.
Primero me han apartado y a continuación me han ignorado. Pero eso no me hundió, porque estaba segura de que tenía la verdad. Porque yo estaba en la verdad. Mi primer libro se tradujo al alemán hace 26 ó 28 años, no sólo está vigente sino que cada año me produce más beneficios. Los alemanes ya se han dado cuenta de lo que está pasando y de que lo que yo explico tiene una base sólida. De hecho ellos fueron los primeros en cambiar los abonos mediante avances químicos y tecnológicos que no llegaron a España hasta treinta años después.

 

 

¿Y las grandes corporaciones farmacéuticas?
También me han ignorado. Me parece lógico, la prevención y el consumo de magnesio limita su negocio. De hecho cualquier trastorno habitual conlleva un tratamiento con muchos fármacos que generan muchos beneficios a las compañías. La artrosis, por ejemplo. De los protectores de estómago a los antiinflamatorios, etcétera, el número de medicamentos se multiplica. Una única dolencia exige mucho consumo con un tratamiento típico. Cuando yo era niña había muy pocos medicamentos, tres, y el resto eran compuestos que redactaba el médico y se realizaban en la farmacia. Luego toda la industria ha ido generando medicamentos, muchos de los cuales pierden al poco tiempo su vigencia.

 

 

¿Qué ha sido lo mejor que le ha aportado esta aventura?
El impacto que está teniendo mi obra en Alemania. Que sea en Alemania lo valoro especialmente porque son muy serios y muy formales; mi padre trabajó para los alemanes y eso hace que conozca su modo de funcionar.

 

 

 ¿Y lo peor?
No hay nada peor, porque de lo negativo procuro extraer también consecuencias positivas. Por ejemplo, de mis enfermedades, las cosas negativas que me han pasado en relación a mi trabajo o de mi vida personal he podido sacar una parte positiva.

 

 

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‘‘Se aprende más cuando sales perdiendo que cuando las cosas salen bien’’



¿Es el magnesio el secreto de su longevidad y lucidez?

imagenSí, en parte sí. Porque tiene mucho que ver con el trabajo mental. Cuando tenía treinta y tantos años tenía una falta tremenda de magnesio, porque creo que pertenezco a ese grupo de los que lo asimilan mal; no podía recordar los recados, y lo que es peor, a pesar de apuntarlos era incapaz de acordarme de mirar el papel del bolsillo donde tenía la lista de quehaceres. También son importantes las proteínas. Los neurotransmisores y los neurorreguladores los hacemos con los aminoácidos de los alimentos que tomamos. El triptófano tiene mucho que ver con la actividad intelectual.

 

 

¿Cómo detectamos una falta de magnesio?
La insuficiencia de magnesio puede manifestarse como una bruma, como una niebla en el cerebro, que no deja pensar, recordar ni entender. También da irritabilidad y ansiedad emocional, desasosiego, ese no saber qué le pasa a uno. Una incomodidad indefinida, claustrofobia, agorafobia, temores. Tienes como un ‘‘susto’’. Yo personalmente tenía sueños recurrentes, pesadillas, me faltaban cosas, las barandillas o los escalones en unas escaleras, siempre de bajada. Daba como patadas por las noches.
También se acompañaba de declive de los reflejos, descoordinación muscular, contracturas, espasmos, apatía y extenuación, incluso migrañas. Además puede tener que ver con enfermedades cardiovasculares, diabetes, presión arterial alta y osteoporosis, entre otros síntomas.

 

 

Es imposible excedernos con él porque si es así el cuerpo lo elimina naturalmente, ¿cierto?
No, es que el magnesio excesivo ya no llega a pasar a la sangre, ya se elimina en el intestino. El magnesio se absorbe, siempre, en forma iónica Mg++, y el paso del magnesio a través de la pared intestinal hacia la sangre está condicionado por la necesidad de unos transportadores (que tenemos en un número limitado) llamados carriers que al estar ‘‘ocupados’’ por un ión (de calcio, fósforo o magnesio), por mucho que tomemos magnesio en grandes cantidades por vía oral, éste no se absorberá ni llegará a la sangre; quedará en el intestino rodeado de moléculas de agua y será evacuado con las heces.

 

 

Hay algunos alimentos que contienen el magnesio de manera natural. ¿Para quién estaría indicado tomarlo en cápsulas, líquido, comprimidos masticables o polvo, complementando la dieta?
Cuando hay una deficiencia notable y son claros los síntomas hay que tomarlo tres veces en el día, espaciándolo durante el día. Una toma única impide su incorporación. La falta de magnesio genera problemas en la contracción muscular y también arterial, lo cual puede repercutir en la vista, por ejemplo. En algunos casos extremos podemos indicar la toma en cuatro veces distintas. No está contraindicado el tomar magnesio pero hay que ser extremadamente cuidadosos con los trasplantados. Éstos deben consultar a su médico obligatoriamente.

 

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Háblenos sobre la importancia del colágeno. Es algo que produce el propio organismo, ¿no?
Sí, lo produce el propio cuerpo, pero también se gasta. Abunda en muchas de nuestras estructuras corporales más allá del aparato locomotor; está en los vasos sanguíneos, incluso en la córnea. Constituye un 38% del total. Antes con los pucheros en los que se cocían en las cocinas económicas durante más de tres horas huesos se restituía ese colágeno con la alimentación. El compuesto Colágeno con Magnesio tiene un efecto beneficioso en la recuperación de todas aquellas dolencias que tienen que ver con el desgaste de los tejidos como huesos, ligamentos, articulaciones y músculos. La proteína Colágeno regenera y mejora el estado de éstas, especialmente en casos de artrosis, osteoporosis, rotura de ligamentos, deterioro de la piel, rotura de vasos sanguíneos, problemas de encías, caída de pelo y uñas frágiles. Además, hay que recordar que los tejidos se reparan con lo mismo que se fabrican: si éstos los hemos formado con Proteínas, Fósforo, Magnesio y Vitamina C, su neo-formación se hace con los mismos materiales.



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‘‘Es muy interesante tomar colágeno si quieres fabricar colágeno. Siendo casi el 40% de la proteína corporal, vale la pena reparar el desgaste natural de los años o de las prácticas deportivas.’’



Dinamita la práctica habitual de la recomendación de dosis masivas de calcio con la que nos inundan los anuncios televisivos y los prescriptores médicos.
Soy enemiga de dar calcio a la persona que tiene suficiente calcio en la sangre. Si una persona no fija suficiente calcio estando éste disponible es por algo. Porque no fabrica los fijadores adecuados o carece de vitamina D, por carencias alimenticias por mantener la línea, por ejemplo.

 

 

Si se tiene en cuenta la aportación adecuada de colágeno y magnesio, ¿podemos perderle el miedo a la menopausia las mujeres?
Es que lo de la menopausia en cierto modo es una liberación, pero debes asumir que vas a tener despertar precoz y vas a tener sofocos. Se sabe que los estrógenos aumentan la probabilidad de cáncer, por eso se están dejando de prescribir y muchas mujeres se están negando a tomarlos. Había que hacerse una mamografía cada seis meses para detectar este posible efecto secundario. Se creó un pabellón oncológico en Houston exclusivo para las afectadas tras el consumo de la terapia estrogénica.
Las mujeres debemos ser prudentes; el gusto por la delgadez nos está dando problemas por deficiencias alimenticias.

 

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¿Beneficia en igual medida a los hombres?
Ahora a los hombres les da por hacer mucho deporte y eso hace que aumenten sus necesidades de colágeno y de magnesio claramente. Los hombres se están dañando los tendones, los cartílagos, etcétera por abuso de actividades deportivas. Algunos de los esfuerzos que realizan son muy dañinos; exigen demasiado a un cuerpo poco preparado y alimentado inadecuadamente.

 

 

¿Qué opina del consumo de leche de origen animal?
Muchos de los estudios que la contraindican están hechos en países donde predomina la raza blanca, que es la más tolerante a la lactosa. Otras razas tienen unos índices elevados de intolerancia a la lactosa, de alrededor del 72% pasada la primera infancia. La leche de soja tiene los mismos niveles de calcio y de proteína pero no siempre se tolera bien. Es recomendable para las personas que tienen problemas dentales, los que han perdido la dentadura.

 

 

La manera en que se cultiva y abonan los vegetales determina la calidad organoléptica de nuestros alimentos, de ahí la necesidad de los suplementos, ¿verdad?
Sí, así es, de hecho es de donde nació mi hallazgo, de la profundización sobre la agricultura y la calidad química y geológica de los suelos.

 

 

¿Cree que el modo en que son criados los animales llamados ‘‘de producción’’ determina el producto que se obtiene de ellos?
En relación a los huevos, las gallinas criadas de forma industrial deben de sufrir bastante, y deben de vivir menos, pero no creo que haya variaciones en el producto final; el nivel de colesterol es igual. Es la diferencia entre un grupo de mujeres presas y un grupo de mujeres libres.

 

 

¿Es posible llevar una dieta vegetariana o vegana teniendo en cuenta una suplementación como la que usted ofrece?
Sí, si se hace de una manera consciente, controlada y se sabe qué elementos que normalmente provienen de la proteína animal deben ser compensados.

 

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¿Cómo surgió lo de crear su propia marca en farmacias?
Era la mejor opción para garantizar la calidad y los requisitos imprescindibles para una buena complementación.

 

 

Ahora que está tan de moda correr, por favor, cuéntenos los secretos de los corredores etíopes y los Kalenjin.
 Después de ver que los ganadores de las pruebas de maratón en las olimpiadas de Londres provenían de una misma zona me puse a estudiar qué podía motivarlo. Fue un hallazgo maravilloso ver que en esos valles hay una riqueza excepcional de cenizas compuestas, también de magnesio en una gran proporción. Hay otras características morfológicas que llaman la atención, como que la caja torácica es de menor tamaño, pero su rendimiento es elevadísimo y las vías por las que incorporan el magnesio son insospechadas. Puedo mostrarte la enorme diferencia de composición que hay en los suelos como los nuestros y los del valle del Rift. Resulta impresionante.

Confiésenos el último descubrimiento que la tenga entusiasmada.
Este tema ahora mismo me está generando muchas satisfacciones.

 

 

Por favor, díganos tres libros que hayan sido determinantes en su vida.
Debería decir que son míos. De los otros no puedo hablar porque como ya he dicho no me he interesado por la literatura o la ficción.

 

 

Para acabar, un consejo a nuestros lectores para ser más felices.
Que no se preocupen por lo que no pueden cambiar. Que las cosas negativas que les pasen las asuman y se ocupen buscando soluciones si las hay. Pero que no se entretengan en ellas, no se obsesionen con ello.



 

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