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HEMEROTECA- Tomo III
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FEBRERO 1975 – Año IV – Núm. 27

 

PARAPSICOLOGIA

DE LA METAPSIQUICA A LA PARAPSICOLOGIA (IV)

 

Como decíamos en el artículo anterior, el espiritismo conquistó millones de adeptos. En Estados Unidos era centro de igual o mayor preocupación que en Europa. Los experimentos de las hermanas Fox que no tardaron en ser repetidos por otros médiums provocaron una honda conmoción, pues hasta la prensa no vaciló en anunciar el advenimiento de “una revolución religiosa y social”, una nueva era cosmogónica. El juez Edmonds, presidente del Senado, se proclamó médium y predicó la nueva de. Y mientas tanto los fenómenos se fueron sucediendo, cada vez en forma más extraordinaria: los espíritus se dejaban ver y hasta deguerrotipar.

 


Pero igual que estaba sucediendo en Europa, los sabios norteamericanos no se avenían tan fácilmente a creer en la existencia de los espíritus. El reverendo Mahan, primer presidente de la Universidad de Cleveland, sostuvo la tesis de fluido magnético desde el primer día y contra viento y marea. Por otra parte, el doctor Hare, profesor de la Universidad de Pensilvania, publicó en 1856/7 una serie de experiencias “científicas” para demostrar que los objetos podían subir de peso por la acción de las fuerzas de los espíritus.

 


Pero pasemos definitivamente a Europa. En Inglaterra, un personaje notable fue D. Douglas, que había regresado de los Estados Unidos y dados sus poderes, causó una verdadera conmoción pública. Home no sólo era capaz de producir toda clase de movimientos a distancia, sino que muchas veces lograba materializar los espíritus. El gran naturalista Russel Wallace, precursor de Charles Darwin (el hombre más discutido) fue uno de los primeros sabios que verdaderamente se dedicaron a estudiar el aspecto científico de lo sobrenatural, y paranormal, y se adhirieron al espiritismo (o “espiritualismo”). Pero su actitud no fue suficiente para convencer a todos sus colegas de la “Royal Society”. Pero gracias a la prestigiosa Sociedad Dialética de Londres –fundada en 1867 por Sir John Lubbock pasó a dedicarse en 1869 a estudiar los fenómenos atribuidos a los espíritus. Asimismo entusiasmó a William Croques, quien sería uno de los entusiastas pioneros de la Metapsíquica.

 


En 1873, a pesar de todo, fue fundada la Asociación Nacional Británica Espiritista, por iniciativa, entre otros, del prestigioso y tenaz reverendo Stainton Moses. El mismo, once años más tarde, fundaba la Alianza Espiritualista de Londres, que actualmente es la Asociación Espiritista más poderosa de Europa.

 


En Francia figuraba en primer lugar el Institut Metaphychique, residente en París (en aquella fecha, Avenue Niel, 89). Esta sociedad fue declarada de utilidad pública por el Gobierno francés, en decreto expedido en 23 de abril de 1919. Llamó la atención de los lectores que siguen la historia de la Metapsíquica, el hecho de que los poderes gobernantes de Francia consideraron de utilidad pública la citada Sociedad, la cual, por esta circunstancia adquirió un estado oficial que la incorporó de lleno al número de organismos patrocinados por el Estado.

 


Formaron parte de esta sociedad las siguientes ilustres personalidades: Camilo Flammarión, Charles Richet, Teissier, A. de Gramont, Jules Roche (ex ministro), Calmette (médico), Santoliquido (consejero de Estado), etc.

 


Otra Sociedad francesa dedicada al estudio de los fenómenos metapsíquicos fue el Institut Psychologique, domiciliado también en París. Formaron parte los siguientes personajes de relieve: Bourgeois, ex presidente del Consejo de Ministros; Robot, también ex presidente; Metchnikof, director del “Instituto Pasteur”; Berthelot, de la Academia de Ciencias, Perrier, director del Museo de Ciencias Naturales; Seailles, profesor de filosofía de la Universidad de París; Cansen, director del observatorio de Meudon, etc. etc. Formaban parte de la Comisión de Investigación de los fenómenos metapsíquicos de esta sociedad: Mme. Curie, descubridora del radio; D’Arsonval, profesor de la Facutad de Medicina; Branly, célebre físico; Bergson, profesor del Colegio de Francia, etcétera, etcétera.

 


Pocos años después se fundaba en Inglaterra la Society for Psychical Research (Sociedad de Investigaciones Psíquicas) residente en Londres y que todavía existe. Esta sociedad lleva publicados infinidad de volúmenes en los cuales se describen con todo detalle infinidad de extraordinarios fenómenos metapsíquicos, estudiados con sumo cuidado y comprobados con rigor científico implacable.

 


Formaron parte de esta Sociedad, William Croques, miembro de la Real Sociedad; Balfour, igualmente de la R.S.; Lodge, rector de la Universidad de Birmingham; Reyleigh, de la misma Universidad; Sidgwik de la Universidad de Edimburgo; Thomson, de la de Cambridge; Langley, Gladstone, Myers, A. Conan Doyle, etc. etc. hasta una cincuentena de científicos en total.

 

PSICOFONIAS: FENOMENO SUPERIOR A LA INTEGRACION DEL ATOMO


 

 


En Alemania existía la “Deustsche Okkulttistiche Gessellschaf”. Dedicada igualmente al estudio de los fenómenos metapsíquicos y en permanente comunicación con las restantes Sociedades Europeas. En España, en donde toda nueva ideología se supedita al atavismo de rancios tradicionalismos, la ciencia metapsíquica fue casi desconocida, siendo unos pocos los que se dedicaron a ella con atención y desinterés. Prácticamente en este terreno fuimos totalmente desconocidos, a pesar de que en espiritismo tuvimos hasta cierta fama. Es cierto, por otra parte, que el clero español luchó denodadamente para impedir las prácticas espiritistas, pero todo fue en vano. El espiritismo se extendió rápidamente desde Francia por Cataluña, Aragón, Valencia, Castilla, Extremadura, y acabó por dominar a Andalucía, Sevilla se convirtió en el principal foco espiritista de nuestra patria. Allí apareció una revista defensora del nuevo movimiento, y se multiplicaron los centros de reunión. En la misma ciudad, Villegas, fundó la Sociedad Espiritista Española, que tuvo gran renombre.

 


En el plano de la investigación científica (metapsíquica) abordaron en España los fenómenos espiritistas, entre otros, el astrónomo Comas y Solá; los doctores Sánchez Herrero, Otero Acevedo y Melchor Farré. Pero todos ellos rechazaron el espiritismo como dogma y como práctica, pero realizaron experimentos sobre las causas que, a su entender, provocaban el fenómeno: las “fuerzas psíquicas”…

 


Es curioso; cuando uno repasa la historia universal del metapsiquismo encuentra que los centros o círculos eruditos alemanes no se apresuraron a investigar esos fenómenos. Sólo en 1877 ó 1878, Zoellner vino a realizar sus experimentos con el controvertido médium, Slade. Cinco años antes, Aksakof había fundado la “Psychische Studien” y la experiencia espiritista, o digamos mejor, la creencia en ellas, se extendió de tal modo en Alemania que en 1885, Eduard de Hartmann, el célebre continuador de Schopenhauer, publicó un resonante opúsculo en el que explicaba los fenómenos del espiritismo en función del sonambulismo inconsciente. Consta que Aksakof dio a conocer una vigorosa respuesta en 1890 pretendiendo mantenerse en el terreno de los hechos. Se promovieron varias réplicas entre Hartmann, Aksakof y el filósofo Du Prel que llenaría toda una biblioteca el contenido de las mismas; en aquellas fechas se publicaron en alemania obras muy eruditas, que han sido posteriormente material de estudio de algunos teósofos renombrados, como R. Steiner (1).

 


A partir de 1970 se puede decir que la historia del espiritismo se confunde con la de la Metapsíquica; es decir, con la primera etapa de la investigación propiamente dicha de los fenómenos paranormales estudiados científicamente. Hay que reconocer que los espiritistas de verdad fueron recurriendo cada vez con mayor frecuencia a la experimentación científica, siendo lo de menos hacer hablar o escribir a los “espíritus” a fin de recibir enseñanzas o consejos.

 


Importantes revistas y gran cantidad de libros que daban a los fieles la seguridad de sus investigaciones, fueron publicándose cada vez con mayor profusión. A la par, numerosos eclesiásticos, estadistas y sabios de renombre proclamaron valerosamente su fe en el metapsiquismo científico, pero también con el espiritismo como dogma. Pero el evangelio de Allan Kardec no fue aceptado íntegramente, haciendo su aparición una especie de protestantismo espiritista que rechazaba el dogma de la reencarnación. Ante este cisma, los kardecistas franceses realizaron grandes esfuerzos para unificar las creencias.

 


En 1923 se fundó la Federación Espiritista Internacional presidida por Sir Arthur Conan Doyle, el genial creador de Sherlock Holmes. Pero es curioso, que a pesar de los años transcurridos, el asunto de la reencarnación continua siendo el tópico fundamental que divide, no solamente a los profesantes del credo espiritista, sino a la humanidad entera. En la actualidad, de forma oficial, se estudia la reencarnación bajo el nuevo contexto de “memor extracerebral” a cargo del doctor Ian Stevenson, rector del departamento de neurología y psiquiatría de la Universidad de Virginia en el proyecto “Theta” sobradamente conocido por cualquier parapsicólogo.

 


De todas formas esta división, que hoy prácticamente no tiene significado, provocó entonces, entre creyentes e investigadores, el efecto de que los primeros sufrieron inconscientemente la influencia de los científicos, viéndose obligados a su vez a estudiar todos los fenómenos desde varias vertientes, única manera de defenderse de los embates de la ciencia, incluso nos atreveríamos a decir, se tuvieron que hacer algunas concesiones a sus “adversarios” mientras procuraban defender desesperadamente los puntos esenciales de la doctrina.

 


Pero los argumentos en contra de la teoría espiritista, desde el inicio de los estudios metapsíquicos, hasta el día de hoy por los modernos parapsicólogos, son múltiples. Enumerar las pruebas, y contrapruebas, siguiéndolas paso a paso, constituye una tarea fatigosa y muy árida para el lector, y que por otra parte posiblemente conozca. En resumen, sólo se puede decir, que si bien en el principio se dudaba de la realidad objetiva de muchos de los fenómenos físicos, hoy nadie, o casi nadie niega ya la existencia de los mismos. Lo que sigue en discusión, y aquí sí que habría mucho que hablar “científicamente”, es de la posible intervención de los “espíritus del más allá”. Aquella conclusión dogmática de la Parapsicología que dice: “no existe comunicación entre los vivos y los muertos en el supuesto de que estos últimos gozaran de una existencia extraterrestre”, para mí es precipitar una opinión de un sector de la misma parapsicología. (Digamos un postulado).

 


Una de las pruebas que siempre se han esgrimido para negar la presencia de los espíritus, es el bajo nivel intelectual que siempre han demostrado las almas con que los devotos de las comunicaciones de ultratumba sostienen entrar en contacto. Aunque entonces había grandes médiums, y hoy no (fenómeno muy típico de nuestra era) tenemos en cambio la ciencia y la tecnología, especialmente la electrónica.


Las Psicofonías en plan auténticamente científico, son un fenómeno fantástico, que es superior en importancia a la misma desintegración del átomo. Téngase en cuenta que el mismo Papa, Pablo VI condecoró a Jüngerson, uno de los pioneros en grabar voces del más allá, y el mismo Vaticano ayuda financieramente estas investigaciones, según noticia publicada en toda la prensa mundial. ¿Entonces…?

 


Por falta de espacio, no me es posible entrar en detalles acerca de las fantásticas “cenases” que produjeron expectación en el mundo entero en el pasado siglo, y fue la clarinada que dio punto de partida al estudio científico de una serie de fenómenos paranormales, agrupados primero en la Metapsíquica, y luego en la Parapsicología. Es indispensable insistir una vez más, que no todos los fenómenos que suelen producirse en sesiones espiritistas –nada de burdos fraudes– suelen corresponder a factores paranormales. Recomiendo lean detenidamente el “Manifiesto de los treinta y cuatro científicos” publicado por el Instituto Metapsíquica Internacional” (2) también los estudios experimentales del doctor Osti, con Rudi Schneider; los escritos de Ludwig Kahn; la vida de D. Junglas Home, y estudio de los principales médiums europeos, el caso del obrero minero, Augustín Lesage, que nunca recibió la menor educación artística, y en cambio pintó vastos paneles decorativos que todavía hoy la ciencia no puede explicarlo; los experimentos con Eusapia Paladino; los rostros ectoplásmicos, y los animales fantasmales de Guzik, etc. etc.

 


Pues bien, no todos los fenómenos tienen una explicación “científica” hay unas concomitancias muy especiales por lo cual la ciencia, todavía hoy, no tiene explicación que satisfaga a todos los sectores. Quizá esto precisamente sea lo primordial de estos estudios. Igual como la ola espiritista sirvió para que serios científicos de renombre se preocuparan del problema, aquellos, y otros fenómenos de hoy, como son las psicofonías, la fotografía del pensamiento, las operaciones psíquicas, y… tantas otras cosas que son el mayor mérito de hoy, para científicos de hoy, por encima del burlón escepticismo con que se acogen muchas teorías, y quizá nos haga comprender el por qué de la crisis actual del Hombre y por qué, todavía, del desconocimiento de uno mismo.

 


El hombre decimonónico había iluminado la realidad circundante, pero paradójicamente, se había olvidado del propio hombre. De allí el famoso grito de Alexis Carrell: “El Hombre, este desconocido”, o bien como lo expresaba el gran escritor Conan Doyle: “Entre todas las cosas que el hombre llegará un día a comprender, la última será seguramente él mismo…”

 


Y particularmente me permito añadir: Que su moral no sea ese conjunto de convencionalismos que cambia con la época, y está al servicio de las circunstancias; que comprenda, y no se deje engañar.

(Continuará en el próximo número)

J. ROCA MUNTAÑOLA

1. Rudolf Steiner. Nació el 27 febrero 1861; fallecía en marzo 1924. Filósofo seguidor del pensamiento de Goethe, y escritor profundo protegido por la Gran Duquesa de Habsburgo. A los 18 años el futuro fundador de la antroposofía pensaba poder llegar un día a demostrar a los hombres la “divinidad” de la vida que está animando a los hombres y al cosmos. Teósofo desde su juventud, pero en 1913 rompió con Annie Besant, fundando su propio movimiento. La antroposofía.
Rudolf Steiner posiblemente ha sido una de las personalidades más fuertes y benefactoras de nuestro siglo.
2. Véase “Inventario de lo sobrenatural” de Robert Tocquet con prólogo del presidente del Instituto Metapsíquica Internacional de París. Enciclopedia Horizonte. Plaza & Janés, S.A. Editores.

 



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