| PUNTO DE LIBRO - Miscelánea |
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Comentarios: Emmain
Coordinación:Asun Lopez |
El gran libro del Tái Chi Chüan |
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Este voluminoso manual de Tai Chi merece ser reseñado porque resulta de la conjunción de tres libros anteriores, actualizados y mejorados. Los autores demuestran, dado el resultado, ser expertos en ambas artes: la de la divulgación escrita y la directa del arte marcial chino que armoniza mente y cuerpo con la naturaleza. Son suficientemente sabios como para permanecer apegados a los clásicos y beber de las fuentes originarias sin dejarse confundir por intermediarios. La voluntad de los autores para permanecer fieles a los grandes maestros es tal que el último capítulo lo dedican a la traducción de los textos clásicos. No contentos con eso, sin que sea necesario pero sí muy interesante, nos ofrecen las transcripciones de los ideogramas chinos más relevantes. No hay que temer que su rigurosidad lastre su lectura porque, como ya hemos indicado, han conseguido hacer un libro definitivo mejorando lo que ya habían ofrecido antes. |
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Por su parte los editores han hecho un gran esfuerzo para que las imágenes publicadas tengan la máxima calidad. En un manual como éste las fotos son especialmente necesarias a la hora de orientar sobre la sucesión de movimientos en los que consiste el Tai Chi Chuan. Además de mostrarnos las posturas y ejercicios básicos que comprende este consolidado arte chino, nos ilustran con datos sobre la historia y la filosofía que alientan este modo de manejarse en el espacio interior y exterior.
Si uno desconoce los principios motores y rectores del Tai Chi puede perderse muchos de sus beneficios. La perseverancia en el aprendizaje e integración del Tai Chi Chuan va más allá de la voluntad que uno tenga para la realización de una tabla gimnástica. El Tai Chi Chuan nació como un modo completo y profundo de gestionar la propia energía (Chi) y la energía ajena cuando uno se enfrenta en un combate. En la China actual es muy popular entre las personas de edad. Los jóvenes ‘‘borrachos’’ de capitalismo, con el paso de las décadas y el incremento de lucidez, seguro reemprenderán su práctica, porque sus virtudes son abundantes. En España existen muy buenas escuelas de Tai Chi, algunas al aire libre. Bajo al cúpula celestial, en las horas en las que el sol nace y muere, con los pies en la tierra y abiertos a descubrir nuestro verdadero ritmo, el Tai Chi Chuan se convierte en el bálsamo perfecto para nuestro malestar y el anclaje ideal para nuestra concentración.
La lectura jamás podrá suplir la práctica, pero la práctica, sin duda, puede ser fielmente sostenida y promovida por un libro adecuado.