‘‘A pesar de las escenas tórridas, mi última novela es espiritual; relata un proceso de desbloqueo emocional.’’
El protagonista es un álter ego del autor. Tiene de él muchas cosas. En la novela nos habla de PAS (Personas Altamente Sensibles), aquéllas con un rasgo de personalidad que hace que vivan las cosas de manera muy intensa. Un cuarto de la población lo padece y necesita aprender a gestionar el exceso de estímulos. Tomar conciencia permite obtener también las ventajas.
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‘‘Huyo de los géneros; si debo ceñirme a alguno sería la novela psicológica. Uso las novelas para llegar al núcleo duro de los personajes.
No me gusta el término ‘‘autoayuda’’, pero sí la idea de autoconocimiento.’’
‘‘La mujer que no sabía llorar es una novela dura. No es una novela fácil. He necesitado cuatro años para escribirla. Aunque hace muchos años que sabía que quería escribir esta historia, había emergido de misubconsciente, pero no tenía ni la distancia emocional ni la capacidad técnica. (…) También abordo el perfil de las mujeres masculinizadas. Y de las personas que con el objetivo de evitar el dolor bloquean sus emociones. (…) Es la historia de una mujer que ha amputado su sensibilidad en su encuentro con un joven que aprende a vivir.
Una relación de una madre y una hija puede llegar a ser de todo menos idílica. En las presentaciones muchas mujeres me están confirmando que han vivido situaciones muy duras. Tan duras que otras creen que lo que explico es imposible.’’
Gaspar nos deja una serie de reflexiones muy directas y cargadas de contenido crítico:
‘‘Desgraciadamente las mujeres no han podido disfrutar del sexo por sí mismo.’’
‘‘La sociedad en la que vivimos conspira contra la reflexión, la sensibilidad y, por eso, contra la lectura.’’
Por otro lado, aborda los estados alterados de conciencia a través del consumo de ayahuasca: ‘‘Para alcanzar un estado de conciencia superior no es necesario consumir sustancias, y de hecho hay que estar alerta ante los falsos chamanes.’’
Una novela dura, con pasajes turbios y llena de imágenes impactantes sobre personas con una sensibilidad a flor de piel que sólo pueden vivir al máximo de su potencial emotivo… Una lectura muy apetecible.
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