| PUNTO DE LIBRO - Crecimiento Personal |
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Comentarios: Emmain
Coordinación:Asunción López |
‘‘Cómo vencer la adversidad, Resiliencia’’
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¿Por qué con biografías similares, llenas de sinsabores y hechos traumáticos, unas personas son generosas y triunfadoras, y otras, amargadas y lastimeras? ¿Qué factor determina que unos vean el vaso medio lleno y otros medio vacío, siendo el mismo vaso? Definitivamente no se trata de una casualidad; hay muchos factores que intervienen, algunos nos vienen dados y otros podemos cultivarlos. Descubre los detalles de la mano de un metódico lector, un aplicado escritor y una persona que sabe lo que es la lucha por la vida.
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Según la tradición judeocristiana enraizada en el texto bíblico, fue la ingestión del fruto prohibido por parte de Adán y Eva la que impuso la adversidad como elemento consustancial a la vida de toda persona. La lectura del Génesis en su capítulo tercero da buena cuenta de algunas de las aflicciones que nos acompañan desde que somos humanos. Y si lo pensamos bien, incluso antes, pues también los animales sufren. Es la conciencia de sufrimiento la que determina la necesidad de encontrar mecanismos para superarnos, de ahí nacen la religión, la filosofía, la medicina, la solidaridad, la generosidad y las adicciones, el ocio, etc. Ante los mismos estímulos hay distinta respuestas: mientras unos ven en la adversidad un motivo de rendición y autocompasión, otros ven oportunidad y una lección inolvidable. Según Elías Kateb todos tenemos la capacidad de responder como los segundos y eso es gracias al cultivo de la resiliencia, pero no es ése el mensaje que nos llega más a menudo. Muchas veces el pesimismo, el dramatismo, la superficialidad amparan posturas nefastas para el individuo y para la colectividad. Un mensaje positivo, lúcido, consciente como el que desarrolla el autor en algo más de doscientas páginas se convierte en ese el bálsamo que puede catalizar lo mejor de nosotros mismos.
Existen respuestas muy distintas ante las dificultades vitales.Los elementos culturales, tradicionales y sociales determinan muchísimo la forma en que se comparte o no un contratiempo personal. Después no podemos negar la influencia de la familia y el estilo de afrontamiento que ésta impone de manera más o menos sutil a sus miembros, pero finalmente, es el individuo (con su capacidad intelectual, su madurez emocional, sus experiencias previas y sus modelos personales) el que dicta la réplica ante un contratiempo. Ése acontecimiento significativo que de primeras se convierte en un desafío y que trastoca la existencia tal y cómo se había entendido hasta el momento. Lo que a unos les hunde, a otros les da la oportunidad de rehacer su vida en unos parámetros más acordes con sus valores más íntimos. Pero para poder responder positivamente, una vez superado el primer momento de negación, es muy importante tener una cierta flexibilidad, más propiamente llamada habilidad de resiliencia. Este término, con el que hasta hace un par de décadas escasas sólo estaban familiarizados los expertos en mecánica cuando hablaban de ‘‘la capacidad de un material elástico para absorber y almacenar energía de deformación’’, ahora está a punto de aparecer en la próxima edición del Diccionario de la Real Academia Española. Aparecerá en breve aplicándose también a la psicología humana. Abundan los ejemplos de personas que han asumido situaciones límite sobreponiéndose a ellas, y nos atrevemos a decir que incluso han sido capaces de emplearlas como trampolines para una existencia mejor, más plena, más consciente, más auténtica. Saber qué es la resiliencia, conocer qué valores la constituyen, qué actitudes la representan y las estrategias que fomentan su desarrollo es algo que le hace bien al que está en un momento fantástico de su vida y, ¿cómo no?, al que vive sus horas más bajas. El físico barcelonés nos dice cómo crear espacios de serenidad y pensamiento positivo cuando la inquietud y el miedo llaman a nuestra puerta.
En el segundo libro del autor que valoramos hoy, las herramientas y estrategias para resistir los embates de la vida son abundantes, argumentadas y están impregnadas de una gran serenidad. Lleno de citas bibliográficas y de frases inspiradoras, destaca por su voluntad comprensiva y comprehensiva. Es fácil de entender y nos hace llegar mucha información de la que se ha publicado sobre el tema. Si bien en su anterior libro editado con Robin Book, ‘‘Piensa, Siente, actúa’’, se trasluce ese gusto que siente el autor, no sólo por la lectura, sino por la meditación y la profundización en los aspectos espirituales del ser, en este volumen esa tendencia se confirma y toma un nuevo sentido. El cerebro precisa una alineación con las emociones y a la vez han de poderse consolidar en actuaciones en consonancia con lo que somos. No vale sólo racionalizar, no vale tampoco dejarse llevar por ese caballo desbocado que es a veces el dictado del corazón y no vale la pasividad, porque son nuestras acciones las que dictan nuestra coherencia con la vida. Entregarse al placer de la recepción y donación de conocimiento es una actividad atractiva como pocas, pero hacerlo cuando uno está luchando por lo más esencial consigue redimensionarlo todo.