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APRENDE A DECIR NO
A veces nos quejamos del estrés, de no tener tiempo personal, de padecer los envites del día a día, de vivir con sentimientos de culpa. No nos damos cuenta que con un NO a tiempo podríamos solventar todo ello. Descubre para qué puede servir decir no.
No se trata de negarse a todo y a todos. Tampoco de ser negativo, sino consecuente. La palabra no, además de una negación, puede ser un freno, un muro de protección. Muchas personas no saben utilizarla. Les cuesta negarse a un favor, una petición, un compromiso y después, al ver que no pueden cumplirlo, padecen alteraciones emocionales, nervios, ansiedad, etc. Por eso además de distinguir lo importante de lo urgente, debemos aprender a decir NO en determinados casos de nuestra vida. Toma nota de algunos de ellos.
ASUME TODO LO QUE HACES Y DICES
Debes ser consecuente. No veas la negación como un ataque hacia los demás. Tampoco como una forma de aislarte del mundo.
Debes entender que las prioridades de quienes te rodean no siempre pueden ser las tuyas.
El NO jamás se pronuncia alegremente y sin reflexión. De ser así, sería fútil y engañoso.
Cuando dices NO se supone que evaluado tus realidades y necesidades. Por tanto, es un NO consciente.
Decir No jamás es para lastimar a otros, sino para optimizar tu vida, tus emociones y forma de proceder. Es un NO pensado que te permitirá que cuando digas SÍ, te entregues en cuerpo y alma con lo mejor de ti.
ðNo aceptes encargos que de antemano sabes que no podrás cumplir, ni te comprometas con una situación si realmente no la sientes como tuya.
ðNo discutas con quien jamás aceptará sus errores y menos los tuyos. Es perder el tiempo.
ðNo digas sí cuando realmente quieres decir no. Muestra sinceridad, aplomo y sé consecuente con tus palabras.
ðNo digas “de acuerdo” cuando lo que te nace, es decir “basta”. A veces parar una situación a tiempo, por doloroso que pueda parecer, evita males mayores.
ðNo te calles cuando tienes algo importante que decir. Los silencios pueden enquistar tu fluidez emocional.
ðNo aceptes que tienes la culpa de todo sin antes hacer un examen de conciencia, solicitar consejo y buscar la objetividad.
ðNo reacciones nunca con agresividad ni permitas que su contención te amargue la vida. Aprende a canalizar tus prontos.
ðNo te preocupes por las cosas de las que luego no te ocupas.
ðNo bajes la cabeza cuando sabes que puedes tenerla bien alta. Pero tampoco caigas en el error de actuar con soberbia.
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