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ENTREVISTA A VIRGINIA BLANES
Por Emmain |
Virginia Blanes es escritora, autora de lo que debería ser una saga de libros de ficción. Después de El laberinto de los Dioses ha publicado La tierra de las almas perdidas. Como guía de autoconocimiento y consciencia no puede evitar escribir ofreciendo un mensaje e invitando a la reflexión. Es una mujer con una capacidad enorme de enraizarse en el aquí y ahora de manera muy práctica y a la vez cogernos de la mano y llevarnos a otros mundos a conocer personajes a los que el adjetivo ‘‘extraordinario’’ se les queda corto.
¿Nuestro fin vital es regresar a un Hogar Primigenio a través de un camino casi olvidado?
Sí, nuestro principal propósito es Amar y regresar a la unidad original que olvidamos hace demasiado tiempo.
¿Por qué abandonamos ese hogar?
Nunca lo abandonamos, fue algo más parecido a un ‘‘traspiés’’ que dimos en medio de un maravilloso juego. Ese traspiés nos sumergió en la apariencia de olvido de nosotros mismos y ésta creó la ignorancia y por tanto el sufrimiento que nos hace pensar que ese Hogar es algo ajeno y lejano.
¿A quién le interesa desdibujar el camino de vuelta?
No creo que haya personas o seres empeñados en impedir nuestro retorno, lo que sí es cierto es que la ignorancia y el miedo son dos energías poderosas que se aferran a lo que conocen, juzgando todo lo demás. Cuando alguien está atrapado en cualquiera de estas dos energías su pensamiento y su emanación pueden ser destructivos y tristemente contagiosos. Pero lo importante es que todos tenemos la capacidad para decidir liberarnos de lo establecido, de lo que nos aleja de nuestra esencia.
¿Somos divinos y sólo se trata de darse cuenta?
Rotundamente sí, pero no desde el ego, sino desde el corazón y la consciencia.
¿De dónde sale la necesidad de escribir la novela fantástica?
Contar verdades complejas de forma novelada es una forma más sencilla de llegar a muchas personas que sentirán una resonancia en sus inconscientes al leer lo aparentemente olvidado.
¿Es La tierra de las almas perdidas tu mejor novela?
Pues no lo sé, supongo que eso dependerá de la opinión de cada lector y del momento personal en el que lean cada libro.
¿Qué destacarías de El laberinto de los dioses?
Es una maravillosa historia de Amor.
¿Son novelas complementarias o una es más madura que la otra?
Más allá del hecho de que ambas novelas están llenas de información poco ortodoxa y que ambas están escritas con mucho cariño, no creo que se asemejen en nada.
¿Los alumnos de tus talleres y tus lectores comparten el mismo perfil?
En parte sí, todos mis alumnos son también lectores de mis libros, aunque supongo que dentro de mis lectores habrá personas que solo busquen pasar un buen rato leyendo historias diferentes.
¿Somos prisioneros del miedo?
En general y por desgracia, sí.
¿Nos anclamos en el pasado y en el futuro para no afrontar los desafíos del presente?
Creo que las personas se evaden de su presente por temor a descubrirse, por ausencia de responsabilidad y por esa inercia malsana con la que nos han contaminado que nos hace desear la felicidad pero nos impide ser felices.
Has trabajado muchísimo el concepto del Ego. ¿Es él ‘‘culpable’’ de la falta de felicidad?
Nosotros somos los únicos responsables de nuestra infelicidad. Nuestro ego es solo una parte nuestra que ostenta el poder que nosotros le cedemos y que finalmente nos impide darnos cuenta de que la felicidad es tan sencilla que la perdemos complicándonos la vida.
Dices que el Ego no se debe extirpar ni se debe eliminar, también dices que no hay ni mejores ni peores…
Es cierto, hay muchos tipos de ego diferentes, cada uno tiene su estilo y sea como sea el nuestro es un error intentar acabar con él. El ego es una parte de nuestra esencia que se ha transformado en un monstruo en lugar de ser un aliado. Por eso hago hincapié en la importancia de conocerlo para concederle el espacio que le corresponde. Un ego educado te muestra todas las zonas de tu sombra que aún debes iluminar.
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‘‘Nosotros somos los únicos responsables de nuestra infelicidad’’
Hay seis cosas que está bien desarrollar para educar mejor a nuestros egos: la voluntad (que es enemiga de la pereza), la atención, la honestidad, la coherencia, la responsabilidad y el valor. Éste es el gran patrimonio para un humano, ¿no?
Éstos son pilares que una vez integrados te permiten vivir tu vida desde la consciencia. Esto, entre otras cosas, te ayuda a darte cuenta de que no eres víctima de tus circunstancias y te empuja hacia el descubrimiento de la realidad que existe por encima de las creencias.
De tus distintas facetas, escritora, tallerista e investigadora, ¿cuál es la que te gusta más?
Para mí no son facetas diferentes, unas completan a las otras y siempre las vivo entremezcladas. Me encantan las tres, disfruto mucho con todas.
¿Qué te llevó a dedicarte a lo que te dedicas?
Mi trabajo y mi vida están fundidos; en mi caso no se trata de una ocupación sino de un compromiso vital.
¿Tuviste que afrontar muchos obstáculos o fue todo fluyendo de modo natural?
No puedo decir que mi camino haya sido fluido, muy al contrario, ha sido complejo y a veces muy duro. Supongo que era necesario para que pudiera entender muchas circunstancias y a muchas personas. Pero lo importante es que no me rendí y ahora todo es mucho más sencillo.
¿Qué libros te han cambiado la vida, si es que los ha habido?
Aunque pueda parecer extraño, cuando era muy joven, en un momento muy complejo de mi vida, encontré El alquimista y al leerlo rompí con todo lo que me pesaba y cogí las riendas de mi vida.
¿Cómo te ves de aquí a diez años?
Nunca imagino mi futuro, tengo bastante con disfrutar de mi presente.
¿Qué consejo darías a los lectores de Karma?
Que presten atención a ‘‘su verbo’’, que no se quejen y que se den la oportunidad de descubrir que ya son felices.
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