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HEMEROTECA- Tomo I
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JULIO 1973 – Año II – Núm. 9

 

HERMETISMO

EL ENIGMA DE LAS PLANTAS MAGICAS (III)

 

Henos aquí de nuevo enfrascados en el estudio de la botánica oculta que ahora procuraremos ampliar como prometimos hacerlo en anteriores líneas.
De lo que allí expusimos se deduce que, aparte de las propiedades curativas de las plantas, los ocultistas las habían usado también para esconder debajo de sus complicadas recetas los Grandes Arcanos Tradicionales al estilo de la Astrología y Alquimia… Pero hoy soslayaremos este tema reservado sólo a los estudiosos de lo oculto y esbozaremos en rasgos generales la procedencia de esta Magia Vegetal que fue la base de que las plantas fueran empleadas a veces sin previa experimentación por los médicos de la antigüedad ya que conocían por medio las influencias planetarias a que estaban sometidas estas plantas y otras consideraciones por el estilo las aplicaciones de las mismas. La deducción de tales era fácil de determinar por estos sabios al estilo de cómo les es fácil a los químicos modernos el conferir por anticipado las características de cuerpos simples aún no descubiertos, mediante la simple observación en la tabla de Mendeleief.

Por lo que podemos ver los métodos deductivos estaban ya a la flor del día, y muchas de estas recetas con ligeras modificaciones, siguen usándose en la actualidad, eso sí, si se quiere bajo una presentación y envasado ultramoderno en comparación con las primitivas pero con el mismo efecto, que es lo primordial.

Toda la “Magia” del Reino Vegetal proviene de los “espíritus” contenidos en las plantas…; ahora bien, no se sonría el lector pensando que nos creemos que estos espíritus existen…, sólo hemos citado la palabra para permanecer fieles a la tradición hermética. En realidad, nos referimos a los “elementales” constitutivos de las mismas… Pueden dichos elementales producir efectos curativos o visiones como son ejemplo los calmantes, los afrodisíacos, las drogas, etc., etc. actuando de la misma forma que lo hacen sus hermanos del reino mineral en las operaciones alquímicas ya que las leyes rigen para todos los planos. Durante muchos años se les dio el nombre de hadas, sílfides, faunos, etc., etc. a estos “elementales”, para hacer asequible las enseñanzas a los neófitos a la vez que se procuraba despistar a los curiosos y a los no dignos por no estar preparados para manejar estas “virtudes de los elementales silvestres” como diría Paracelso. Aquí volvemos a entrar en los terrenos de la simbología a causa de lo que decíamos de que estos elementos se comportan de parecida manera en todos los estratos, aun en los superiores, por lo que los vegetales y sus “virtudes” y “atributos” han sido presa muy codiciada para representar alegorías de lo que podríamos llamar “Magia religiosa”. En efecto, si damos un breve repaso a la simbología vegetal encontraremos el árbol de Sephiroth de la Cábala; el Aswatta, la higuera sagrada que nos simboliza el Conocimiento; el Haonna de Zoroastro, el Roble de los Druidas, el Zampoun de los tibetanos y más cercano a nosotros, el árbol del Bien y del Mal del Génesis, etc., etc. Esto entre los árboles; entre las flores y plantas místicas la lista será inagotable y tendríamos el lirio, la palma, la rosa, la flor de Lys, el loto, entre otras, pasando por otros elementos vegetales menos conocidos pero no por esto de menor importancia simbólica, entre los cuales podríamos citar a la Accacia de los francmasones, el olivo, la mandrágora, el eleboro negro, etc., etc.

Estas alegorías basadas en el reino vegetal se derivan en su mayor parte de que por motivos de semejanza anatómicos y fisiológicos, el cuerpo humano fue simbolizado por las estructuras de los árboles; así, el tronco representaría la médula espinal, sus ramas, el sistema nervioso, las hojas el sistema respiratorio, las raíces, las partes bajas y genitales a la vez que a la savia se la comparaba con el “fluido vital” o “energía de vida” de los antiguos.

Y dentro de la “magia natural” las tradiciones nos cuentan que las plantas y sus propiedades pueden ser usadas según su individualidad o, en otro caso, solamente en una de sus partes esenciales.

Pero, en fin, creemos que estas especulaciones provienen más de los campos curanderiles que de los esotéricos propiamente dichos, por lo que los dejaremos de lado por no presentar interés alguno en demasía, aunque apuntaremos que tradicionalmente en la antigüedad cada bosque estaba bajo el dominio de un genio, cada árbol bajo el de una ninfa y las partes constituyentes bajo la dominación planetaria combinada con la zodiacal, laberinto el cual no servía más que para ocultar otros conocimientos más profundos sobre la vida y la constitución de las plantas, conocimientos que eran guardados celosamente por los adeptos en vista de lo que ocurría cuando, llevados por la ingenuidad digna del mérito, querían hacer partícipes de éstos a los escolásticos, al estilo de un Galileo o de un Urbano Grandier.

Bueno será dar un repaso a los llamados filtros mágicos para mirar si podemos aportar nuestro grano de arena en esta eterna discusión que siempre han suscitado tanto a favor como en contra de sus efectos y aplicaciones… Diríamos que un “filtro” es un brebaje en el que, entre sus componentes, se han mezclado sustancias preparadas “mágicamente” para así conseguir cualquier propósito.

Estas pomadas, pócimas y ungüentos se ha creído que todas ellas, o, mejor dicho, su composición, proviene de la Magia Negra, si ésta pudiera existir; pueden usarse sobre otras personas o sobre nosotros mismos…, pero analizando un poco la cuestión se llega a conclusiones sorprendentes ya que tenemos que descartar, por así decirlo, cualquier manifestación mágica de tipo perjudicial hacia otras personas, tesis que demostraríamos en otro articulo que no dudados sería de interés para todos aquellos que se mueven por lo oculto. Sorprendente creemos les será a estos pseudomagos practicantes de la magia roja o negra en su defecto, ya que todo el mundo, desde hace tiempo, está acostumbrado a que le hablen de la magia negra y deja que tranquilamente operen estos charlatanes; no es nuestra meta el desbancarlos, pero sí el desenmascararlos y así evitar que el investigador sincero o el estudioso que empieza por los caminos de lo hermético pierda preciosos años en el estudio de la pretendida Magia Negra. Unicamente podemos decir al respecto que por la liberación de los elementales por el fuego, por ejemplo, sí es posible influir en parte sobre el estado psíquico de la persona, pero esto tiene que ser con un sujeto preparado y que acepte la experimentación ya que de otro modo no es posible esotéricamente hablando. Queda el capítulo referente a las drogas, pero esto es tema aparte, ya que una persona bajo el efecto de cualquiera de ellas, por inofensiva y poco fuerte que sea, sus reacciones serán en la mayoría de los casos imprevisibles, rayando los estados extremos de la imbecilidad o de la lucidez o los de la excitación o del abatimiento físico y mental… pero estas acciones en los drogadictos no llegan a alcanzar casi nunca los planos elevados en los que se desenvuelve la únia magia que tiene probada su existencia: la Magia Blanca.

Lo que realmente ocurre es que las alegorías contenidas en estos recetarios, velando la sabiduría hermética a los no iniciados, fueron tomadas al pie de la letra por muchos curanderos y falsos místicos dando a crear estas falsas apreciaciones la serie de leyendas que se le atribuyen a la pretendida Magia Negra; en algunos casos fue tan fuerte el poder sugestivo de estas mentes que llegaron por así decirlo a materializar manifestaciones nigrománticas debido a la fuerza mental que poseemos los humanos, aseveración que creemos apoyarán los psicólogos modernos; estas sugestiones personales y no otra cosa son las únicas mantenedoras de estas estúpidas supersticiones; al respecto son los únicos argumentos de los defensores, y digámosles “practicantes” de esta superchería que ellos mismos han bautizado con el nombre de Magia Negra, definición y prácticas que deben rechazar de plano tanto ocultistas y místicos que se precien de serlo, como muy bien apuntaba Eliphas Levi en su testamento filosófico al hablar de los Grandes Arcanos de la Magia Natural y Religiosa.

A los que se empeñan en continuar creyendo en tales temas sólo podemos esbozarles una sonrisa de comprensión y tenderles una mano de ayuda para rescatarlos de este mundo de falsos encantamientos.

En nuestro anterior artículo citamos la palabra Palingenesia, la cual trata de la resurrección, por así llamarlo de las plantas. Los mismos misterios no asequibles a la ciencia oficial que se han guardado dentro de la ciencia alquímica hallan su parangón en la Botánica y la Zoología Oculta, las cuales sólo son conocidas de los grandes adeptos, desde su punto de arranque allá en las escuelas de los misterios del viejo Egipto. Estas teorías y experiencias han trascendido, sin embargo, hasta nuestros días, y aquí les proporcionamos un ejemplo práctico de estos viejos recetarios para que ustedes mismos sean los jueces de estos místicos de la antigüedad: recogemos, al azar, estos fragmentos: “…es preciso macerar a fondo cuatro libras de grano de la planta de la cual queremos sacar su espíritu, rápidamente se guardará la pasta resultante en el fondo de una vasija transparente y limpia…, días más tarde, cuando haya una atmósfera limpia de polución, se expondrá la pasta a la humedad de la noche impregnándose de esta forma de las propiedades mágicas que existen en la esencia del rocío de la noche. Se recogerá y filtrará de cualquier suciedad de dicho rocío antes de salir el sol, destilando seguidamente el líquido filtrado extrayendo de esta operación una sal muy rara; luego se mojarán los granos con el producto de esta destilación, la cual estará en estado de saturación, introduciéndolo todo en un recipiente que se cerrará herméticamente. Al cabo de 30 o 40 días se habrá convertido todo en una especie de gelatina en la cual se aprecian varios colores. Cuando todo esté fermentando en este punto descrito será colada la redoma a la luz directa. Al cabo de un año, aproximadamente, la mezcla aumenta de volumen y esta materia, en este estado, debe aparecer en forma de polvo azulado.


Calentado a fuego lento se verá aparecer, lentamente, la forma primitiva de la planta en cuestión.


 




He aquí una curiosa experimentación no muy difícil de realizar ya que no se necesitan instrumentos y materiales difíciles de encontrar, por lo que estamos tentados de poner manos a la obra para comprobar los experimentos de índole espagírica de los maestros de antaño y así llegar a las mismas conclusiones que ellos llegaron con sus experimentos y observaciones en el campo de los reinos inferiores y de donde dedujeron, por analogía, las leyes que regían en los demás planos de la Creación por la sencilla vía deductiva de la que eran amantes predilectos.


Será cuestión que en otra ocasión volvamos a tocar este tema tan interesante de la Palingenesia, ya que ésta es la base de otras experimentaciones que se desarrollaron paralelamente en reinos superiores como podrían servir de ejemplo las que tenían por finalidad la consecución del homúnculo o ser de laboratorio por renacimiento de sus propios despojos mediante tratamientos adecuados de índole físico-epagírica…
Vamos a dejar pues para otra ocasión tema tan intrigante y pasaremos a dar las propiedades mágicas de ciertas plantas, pero antes esbozaremos un poco las relaciones entre los signos zodiacales y las relaciones planetarias que influyen en las plantas y así dar una idea simple pero de referencia para los lectores que no están acostumbrados a estos temas… digámosles de cerebros un tanto “desordenados” según ellos mismos. Creemos que mejor sería que investigaran ellos mismos estos arcanos antes de dar su veredicto aportando de esta manera su grano de arena para la aclaración de estos misterios que durante siglos nos tienen a los investigadores de lo hermético en vilo, por así decirlo, pues en el fondo de cada receta, de cada pócima, al lado de la fantasía y de la superstición, se encuentran los tesoros de la Sabiduría Oculta.

Estas correspondencias astrológicas sobre las plantas mágicas vienen de las reconocidas influencias de los astros en todos los reinos de lo creado y no creemos que sea hora de reconocer estas influencias sino que, al igual que en las partes anatómicas, de los humanos reina, por así decirlo, un signo zodiacal, así también ocurre en las plantas siguiendo la tabla siguiente:

Aries: domina el cráneo o la cabeza.
Tauro: el cuello.
Géminis: las espaldas.
Cáncer: el estómago.
Leo: el corazón.
Virgo: el vientre.

Libra: los riñones.
Escorpio: los órganos sexuales.
Sagitario: los muslos.
Capricornio: las rodillas.
Acuario: las piernas.
Piscis: los pies.

Comparando ahora las partes del cuerpo humano y por analogía a las partes constitutivas de las plantas sabremos los signos que dominan en las mismas y así tiene punto de referencia para su recogida en las horas que dominen dichas constelaciones según las estaciones del año. Los ocultistas por tradición prefieren, sin embargo, en la mayoría de los casos, recoger sus plantas mágicas en la noche de San Juan, por motivos de honda trascendencia simbológica ya que esta fecha ronda el día 21 del mismo mes, dato muy significativo para el estudioso de las ciencias arcanas.

Con estos datos, el profano, consultando cualquier tabla astrológica con un mínimo de precisión, podrá saber con exactitud las horas propicias desde el punto de vista mágico para la recogida de estas plantas y así sacarles el máximo partido.

(Continuará en el próximo número)

JOAN ARTENTIER


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