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LA MAGIA DEL AROMA
Cada aroma es capaz de transmitirnos sensaciones mágicas, pero si además aprendemos a beneficiarnos de todas y cada una de sus bondades curativas y cautivadoras, los olores pueden convertirse en nuestros mejores aliados. Un aroma adecuado, o una elaboración correcta de un perfume o de un polvo mágico, pueden cambiar para mejor las relaciones en el entorno familiar, en la pareja, e incluso en el trabajo.
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Todo lo que nos rodea, sea positivo o negativo, tiene un aroma particular, que lo define. Lo cierto es que no siempre somos capaces de sentirlo, porque cada vez le prestamos menos atención a nuestro sentido del olfato, y porque nuestra sociedad está tan inundada de olores que es difícil distinguirlos. Sin embargo, si tenemos en cuenta que olemos todo el tiempo, en la vigilia y en el sueño, y que toda esa información va directamente a nuestro cerebro (el encargado de procesarla), podemos comenzar a utilizar esas sensaciones a nuestro favor.
La naturaleza, a través de flores, plantas y frutos, es el principal proveedor de materia prima para la elaboración de los aromas.
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OLEMOS DESDE QUE NACEMOS
Lo primero que hacemos en cuanto salimos del vientre materno es respirar, es decir, permitir que el aire pase por nuestras fosas nasales por primera vez. En esa primera inspiración van incluidos, también, los primeros aromas que conoceremos en nuestra vida. En ese momento también comenzaremos a identificar los aromas, de una manera inconsciente e involuntaria, y descubriremos si un olor nos resulta agradable o no, si nos parece agresivo o si, por el contrario, nos gusta. También, a partir de ese instante, sabremos cómo es el olor materno, y ya no lo confundiremos nunca más.
Percibimos cada aroma gracias a un proceso que comienza en nuestras fosas nasales y acaba en el cerebro, donde se procesa toda la información recibida. Ese proceso puede ser más o menos consciente, es decir, puede ser potenciado a través del aprendizaje a lo largo de nuestra vida, de manera de hacer incrementar su magia original. Así, con un aroma, podremos ser capaces de atraer la suerte, conquistar a nuestra pareja o lograr que los demás aprecien nuestra imagen.
AROMAS DE TODOS LOS TIEMPOS
Percibir aromas es una actividad humana tan antigua como nuestra existencia como especie. Es posible que se haya potenciado con el descubrimiento del fuego, y que en ese momento haya dejado de tener una utilidad solamente ambiental, para convertirse en algo mucho más importante. Por supuesto, con el fuego se abrió para el hombre todo un universo de posibilidades. Una de ellas fue la de cocinar los alimentos, y ésta trajo aparejada una enorme cantidad de nuevas fragancias, derivadas de una nueva forma de preparación de la comida.
Con el fuego y sus aromas propios también se inventaron nuevos rituales en los que el elemento ígneo estaba siempre presente: sus fragancias servían para despedir a quienes fallecían o recibir a quienes llegaban al mundo; para celebrar la llegada a la madurez o la unión de las parejas; para curar enfermedades, etc.
EL AROMA EN
LAS GRANDES CULTURAS
Cada civilización utilizó los aromas de una forma diferente, en distintas ocasiones y para los propósitos más variados.
El Egipto de los faraones,se caracterizaba por considerar a la perfumería como un gran arte, y su ejercicio estaba prohibido para las masas; sólo podían practicarla aquellos que eran capaces de aprender sus secretos. Los perfumistas elaboraban sus fragancias con el propósito de ganar el favor de los dioses o evitar la mala suerte. Y no debemos olvidar el incienso, que se utilizaba siempre en todos los templos del imperio.
Culturas, como la babilónica o la griega, tenían gran estima por las comidas que desprendían aromas especiados. Otro uso de los olores en estas civilizaciones está relacionado con los rituales de sacrificio, en los que quemaban incienso aromático en las hogueras para alejar a los demonios.
La cultura más emblemática en cuanto al uso de aromas es la árabe. Según demuestran algunos documentos que datan de hace más de mil años, los árabes eran unos grandes maestro perfumistas, y ello se debe a que
los aromas tenían un papel fundamental en la vida cotidiana de la gente. El uso mágico más curioso es el de la potenciación de la sexualidad, y eso sin contar que también utilizaban los aromas para embriagar los sentidos y entrar, de esa manera, en comunión con el universo.
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LA PREPARACIÓN MÁGICA
Como toda actividad mágica, la preparación de rituales mágicos basados en los perfumes y los aromas necesita del seguimiento de unas normas básicas. Como primera medida, es necesario relajarse y encontrar un momento de tranquilidad mental, de manera que el objetivo, lo que pretendemos alcanzar con ese ritual, se nos presente de manera clara.
El segundo elemento a considerar es la preparación del lugar en el que haremos el ritual. Lo ideal es escoger una habitación apartada, tranquila, a la que no lleguen los sonidos del exterior. Una vez que sepamos cuál será ese lugar sagrado, dispondremos en él todo lo necesario para realizar nuestros rituales. Podemos echar mano de telas, música para crear atmósferas especiales, velas, sales, esencias y, sin dudas, los perfumes que escojamos para realizar los rituales aromáticos.
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Los rituales más indicados para realizar con aromas son aquellos relacionados con el amor y la pasión. Por ello, una vez tengamos todo a punto para comenzar, podremos practicar un sencillo ritual con aromas para olvidarnos de los celos, y otro que nos permita atraer y seducir a la persona amada.
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